Nota de ICTH Iniciativa Ciudadana del Toledo Histórico.
Un reportaje
televisivo contaba la historia de una pequeña tribu africana que desde
incontables generaciones -mucho antes incluso de que su país existiera como
Kenia- cazaba, pastoreaba, cultivaba y vivía, con modestia pero en libertad, en
lo que consideraba no las tierras de su aldea, sino las tierras de todos los
hombres. Un día, el innovador gobierno keniata, como los verdes campos de esa
tribu no estaban registrados en propiedad, los declaró bienes públicos del
estado, y siendo ese mismo gobierno su gestor, a la mañana siguiente los
alquiló por 75 años –con clausula de prórroga por 25 años mas- a una empresa
multinacional de alimentación de China. Todo en nombre del desarrollo
económico, supuestamente de Kenia y no de los ministros del gobierno. En la actualidad,
los miembros de la tribu ven las tumbas de sus antepasados y pisan las tierras
de “todos los hombres” cuando son contratados como braceros al servicio de los
chinos. El comentarista del reportaje finalizaba señalando que “el colonialismo
ha cambiado de caras y de cara, y ya no dispara balas, sino que ocupa tierras
utilizando las artes de nuestros viejos caciques europeos: contactos, dinero,
engaños y abogados”.
La teoría.
Calles y plazas públicas del Casco Histórico son zonas urbanas de transito, de
comunicación, de reunión y de esparcimiento libre y gratuito de vecinos y
ciudadanos. Y, solo de forma secundaria, pueden tener un uso temporal y
minoritario en proporción a su superficie para una ocupación privada con ánimo
de lucro.
La realidad.
Pero el Casco Histórico sufre un problema agudo que se extiende como una
infección: ha dejado de ser tratado como un barrio con vecinos, y lo están
transformando en un centro comercial dedicado al turista y al cliente de ocio.
Los últimos acontecimientos en la plazuela de Marañón y en el paseo de
Miradero, por su descaro, indican que así se ha decidido tanto por la gente del
Ayuntamiento, como por esas personas con contactos que dicen no medrar sobre
sus asuntos y contra los nuestros en la discreta intimidad de los despachos
municipales. La primacía de la naturaleza pública frente la ocupación privada
con ánimo de lucro en las PRINCIPALES plazas y calles del Casco Histórico está
siendo, progresivamente, liquidada.
La utilidad
de una vía pública del BARRIO DONDE VIVIMOS se decide en una discreta REUNIÓN A
TRES BANDAS donde se excluye deliberadamente cualquier perturbadora presencia u
opinión vecinal: UN ALTO FUNCIONARIO MUNICIPAL con conocimientos técnicos y con
una gran sensibilidad urbana que por los resultados nunca utiliza en el Casco;
UN CONCEJAL con pocos conocimientos técnicos pero con un gran entusiasmo
hipnótico por el sector turístico, y UN EMPRESARIO con una sola sensibilidad
natural fijada en su caja registradora. Los tres tratan al barrio del Casco
Histórico como un atractivo latifundio donde los turistas/clientes son las
vacas lecheras, y donde la vecindad solo es la molesta fauna aborigen que por
poco productiva es prescindible o sacrificable. El ambiente en estas reuniones
a tres se resume en una frase atribuida a un notorio empresario toledano en una
charla de barra de bar: “Yo no monto mis negocios para los cuatro gatos y los
cuatro viejos que viven en el Casco”. Y con este estimulante “apartheid”, ELLOS deciden que desaparezca una fuente municipal, y que se quite la cabina de un
teléfono público, y que se desinstalen dos farolas de alumbrado, y que se
retire una escultura de Victorio Macho, y que se oculten con lonas las copas de
tres arboles, y que se confinen dos bancos públicos, y que se marginen otros
once alejándolos de cara a una pared, y que se corte el libre paso con vallas y
jardineras, y que … Todo lo que sea necesario para que desaparezca todo rastro de
utilidad pública, y la plaza o calle quede –primero- despejada de vecinos
ociosos, y ocupada –luego y para siempre- solo por los clientes de uno de esos
empresarios que dicen no medrar sobre sus asuntos y contra los nuestros en la
discreta intimidad de los despachos municipales.
Atendiendo solo a estas dos puntas del gran iceberg hostelero del Casco Histórico, las terrazas de bar en la plazuela de Marañón y en el paseo del Miradero suponen una ocupación privada de la vía pública tan depredadora, tan desproporcionada, tan abusiva y tan escandalosa que desnaturaliza el concepto “publico” de estas calles dejándolo sin contenido real. Son ejemplos tan visuales y tan evidentes que desvelan que hay gente en el Ayuntamiento culpable de atender solo los intereses económicos privados despreciando y anulando por completo los públicos. No sabemos si en la actualidad existen caciques, pero es evidente que si se promocionan cacicadas.
Iniciativa Ciudadana quiere terrazas de bares para clientes de forma proporcional y equilibrada, pero defiende la primacia efectiva de la utilidad pública de las vías públicas para los vecinos que no quieran ser clientes de nadie en una calle o plaza pública de su barrio. No podemos, ni debemos, consentir que gente del Ayuntamiento nos ningunee y que, con una sonrisa de superioridad burlona, nos haga sentir culpables en nuestro propio barrio por querer conversar con tranquilidad bajo un árbol sin trabas privadas, ni por exigir que el mejor paisaje que se contempla desde un paseo público esté libre para los ciudadanos y no quede en exclusiva para los clientes de un bar, ni por querer pasear por una calle sin los obstáculos del mobiliario privado de un empresario, ni por querer utilizar una fuente municipal que está rodeada por la terraza de un restaurante turístico, ni por querer decidir libremente y en igualdad de condiciones si en una misma calle o plaza nos sentamos en un banco público o en una silla de la terraza privada de un hostelero.
El Ayuntamiento permite y promociona abusos en las calles públicas contra los ciudadanos que no quieren ser clientes de un empresario privado. Si los que mandan pierden la vergüenza, los ciudadanos deben perder el respeto.
Hilario ALARCÓN.
4 comentarios:
Nada que añadir....como siempre,tienes toda la razón.Han convertido nuestra Ciudad en un "parque temático",que ,en mi opinión,no hace sino degradar la "imagen turística de Toledo" a medio plazo.....y después ¿que?
Creo que no solo dañan la vida del vecino del casco , sino también los intereses turísticos a medio plazo.
Estoy convencido de que la vía para se nos respete como vecinos es manifestar publica y mayoritariamente nuestro modelo de ciudad y nuestros derechos como ciudadanos .Recogida de firmas,adhesiones,prensa,....Los que estáis en primera linea necesitáis apoyos,solicitadlos.UROGALLO
Estas dos calamidades en el Casco de terrazas de bar -y otras-, lo que esta asociación denuncia es la forma abusiva (caciquil) de la ocupación privada de los PRINCIPALES espacios públicos del barrio, y que caben otras formas y otros criterios que no sean siempre los de máximo beneficio para el empresario con influencias municipales y de máximo desprecio por la calidad de vida urbana de los vecinos (sin necesidad de obligarlos a ser clientes) en el barrio donde viven. La estrategia de concejales y empresarios de utilizar la creación de puestos de trabajo como chantaje es un insulto a la inteligencia, porque se pueden y deben crearse puestos de trabajo evitando daños y perjuicios a terceros, sobre todo si es a expensas de la utilización libre y gratuita de las plazas y calles públicas. No se discute el derecho, sino la forma abusiva, depredadora y dañina de ejercerlo. Vivimos en un barrio donde por un lado el Ayuntamiento protege a los conductores indisciplinados protegiendo y fomentando un enorme aparcamiento ilegal en la zona verde del parque-paseo del Carmen, y por otro lado en las plazas pone carteles de “PROHIBIDO JUGAR A LA PELOTA” a los niños que no tienen parques ni pistas donde jugar. No es defendible que la desaparición de fuentes públicas, o el traslado de bancos públicos desde zonas donde se divisan grandes paisajes hacia zonas donde de contempla una pared blanca, todo para instalar las terrazas de bar de un par de negocios privados, aumenta la calidad de vida de vecinos y ciudadanos del Casco. Y, cuando los que mandan pierden la vergüenza, los ciudadanos debemos perder el respeto.
Se debe equilibrar el turismo con las necesidades de los habitantes, que son quienes hacen una ciudad viva, y también atractiva. Sobreexplotar las ciudades es malísimo, además al turista tampoco le gusta sentirse como en Disneylandia..
Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!
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