2006/03/29

LA POLICIA LOCAL: UN SERVICIO DESBORDADO.




Colaboración.
Boletin RESIDENTE 001/017-To 2005.


Por Sebastián VILLANO.




“Soy el Rata primero. ...
Y yo el segundo. ...
Y yo el tercero.
Siempre que nos persigue la“autoridad”
es cuando mas tranquilos timamos mas. ...”

De “La jota de las ratas”, de la zarzuela “LA GRAN VÍA” de 1886.


Agosto 2005.

Entre las buenas gentes y las que no llegamos a tanto, se opina que el respeto a la libertad de los demás en igualdad, y la aplicación objetiva de las leyes, son dos pilares de cualquier sociedad civilizada, o, en llano, zapatos para seguir andando y evitar liarse a patadas con la bestia del vecino. Y que esto sería válido incluso para esta ciudad. Y, es también una opinión que cuando la autoridad municipal se despista con la ley, o la ejecuta de forma mudable, o actúa dependiendo de un interés que en aspecto no es el común, o simplemente disminuye la vergüenza exhibiendo una aparente dejadez que provoca involuntarios favoritismos, el resto de ciudadanos puede y debe empezar a preguntarse las razones por las que vecinos insolidarios y egoístas tienen privilegios municipales a través de una insuficiente actuación de la policía que el resto ni tiene ni se le ocurre pedir. La apariencia, solo la apariencia parece que hace cumplir aquello de que todos somos iguales ante al ley, pero no ante los encargados de aplicarla. ... Pero se considera con firmeza que todo lo anterior solo es mera envoltura, un travieso espejismo. Nada mas lejos, porque toda esa alucinación quizás no tenga justificación, pero siempre se puede buscar una o múltiples y sólidas explicaciones.

En apariencia, ¿ por qué los pocos policías que parece que andan por ahí evitan esos santuarios donde las amistosas tribus de botelloneros cíclicamente actúan con impunidad siciliana acojonando a vecinos o transformando vandálicamente calles y plazas con sus detritus ? ... ¿ Por qué los escasos guardias que existen no actúan con mayor contundencia contra esas tiendas alegales de 24 H que de forma permanente y localizada venden alcohol accidentalmente o por delegación todos los fines de semana a cientos de menores ? ... ¿ Por qué los limitados agentes que patrullan no intervienen con firmeza en esos bares-terraza de verano que ni respetan horarios de cierre ni limite de decibelios con instalaciones de música prohibidas?... ¿ Por qué esta reducida policía ha abandonado a su suerte a las zonas peatonales que han muerto sin nacer al ser invadidas fraudulentamente por innumerables vehículos todas las horas?... ¿ Por qué los precarios chicos de azul dejan hacer a esos camioneros de reparto comercial que no respetan limites horarios ni zonales y que acampan cachazudos en el Casco hasta caer el sol con la tranquilidad que da una costumbre abusiva consentida? ... ¿ Por qué estos contados y bonachones guindillas pasan de largo ante decenas de coches en zonas de aparcamiento prohibido que son en realidad zonas francas de estacionamiento libres de sanción dependiendo del criterio esotérico donde-cuando-quien? ... ¿ Por qué estos insuficientes policías cierran los ojos ante esos dañados paseos o parques o zonas verdes con llamativas señales de tráfico de circulación prohibida y que sirven diariamente de parking fraudulento ? ... ¿ Por qué estos reducidos vigilantes de las ordenanzas municipales parecen cegados cuando un paisaje urbano histórico y protegido está siendo alterado por esa picaresca de las pequeñas obras en días de fiesta y de fin de semana ? ... ¿ Por qué estos imperceptibles uniformados desde sus coches patrulla parecen insensibles cuando ven que innumerables vías publicas han sido absorbidas por actividades particulares de forma tan abusiva que impiden el normal paso de vecinos y visitantes por aceras o bocacalles ? ... ¿ Por qué unos exiguos ciento quince agentes que permiten cómo mínimo de quince a veinte miembros por cada turno diario parecen tan desorganizados, y aun mucho mas escasos de lo que ya son de viernes a domingo ? ... ¿ Por qué este corto cuerpo policial con la explicación física de no poder estar en todas partes en realidad da la apariencia de que no está en ningún lugar en los que si podría estar ? ... ¿ Por qué esa leyenda urbana de que estas decenas de chicos del orden siempre están haciendo algo mas importante pero siempre en otro sitio distante y recóndito? ...

Se estima que todas estas preguntas, originadas por equívocos malintencionados, tienen una y muy fácil respuesta: todos los esfuerzos y recursos de la policía local están dirigidos a combatir el terrorismo internacional y el crimen mundial organizado. Por eso esta es una pequeña ciudad donde la Mafia no molesta con sus embarazosos asesinatos, y las calles están libres de los matones de las temibles bandas y carteles del narcotráfico colombiano, y el terrorismo internacional islámico es noticia solo a través de la prensa. ¿ Casualidad ? ... No. Todo es un logro deliberado, consciente y sistemático de nuestra Policía Local y de su responsable político, siempre al servicio de la buena y mejor sociedad toledana.

Pero, ¡ ay¡, siempre topamos con gente mezquina, descontenta. A pesar de toda esta exitosa tranquilidad social, hay vecinos con una fijación enfermiza en la Policía Local y en quien la acaudilla, toscos aborígenes que repiten eso de “es perder el tiempo presentar una denuncia en la comisaría municipal”. Son personas rencorosas desde que escucharon la lógica pregunta policial “... Pero, vamos a ver, ¿ va usted a denunciar?”. Son ciudadanos en apariencia perplejos, incapaces de advertir que la denuncia de oficio por los propios agentes del orden de las infracciones contra las ordenanzas es hacer perder un tiempo valioso a estos reducidos gigantes. Son convecinos sin amplias miras, que nunca comprenderán que nuestros escasos pero vigorosos defensores urbanos, al perseguir con tanto ardor y éxito a los súper- villanos, no han tenido mas remedio que desprenderse de las minucias callejeras del día a día. Los prácticos romanos esculpieron que las águilas no pierden el tiempo cazando moscas. Y, bueno, puede que las moscas hayan proliferado y alcanzado el tamaño de ratas, ratas tan envalentonadas que incluso nos cantan zarzuela, ratas que están royendo las ganas de vivir en paz en este vejestorio urbano trocado en una camuflada pillajelandia para los aprovechados locales de leyenda donde, como en el tango, a los derechos y a los aprovechados nos han igualado – y eso con suerte para los primeros -.

Pero, es la miseria de precio que se debe pagar por un beneficio así, una Policía Local históricamente dirigida por un político municipal de turno hacia un continuo éxito que siempre sobrepasa las expectativas mas delirantes. ¡ Hacia el infinito y mas abajo!

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